jueves, 19 de diciembre de 2013

CUENTOS MEDIEVALES

MUERTE POR IGUAL



 - ¡Llevadle al otro lado de la muralla! - grité-. ¡Trasladadle a su aposento y llamen a un médico!

     Era una noche tranquila, muy diferente a las demás. El cielo parecía extraño y las estrellas brillaban más de lo normal. El castillo quedaba en la penumbra y no se veía más allá de la muralla.

     Willy estaba muy grave. Estando al otro lado de la muralla, se había desmayado y había empezado a echar espuma por la boca. Cuando despertó, empezó a temblar.

     ¿Le habría sentado mal algún alimento del torneo? Si era así, ¿estarían todos infectados? Sé que yo no porque no fui al torneo, me quedé en la herrería acabando la espada del rey Carlos.

     - ¡Ven al aposento de la princesa Maya! Se ha desmayado, parece que le pasa lo mismo que a Willy.

     - ¡Enseguida!

    Al día siguiente, los guardias del rey fueron a casa de la cocinera.

    - Por orden del rey, queda detenida por la muerte de la princesa Maya y nuestro caballero Willy. Mañana serás ejecutada.

    - ¡Yo no he hecho nada! - dijo la cocinera

    - Dos de los asistentes al torneo han muerto y los otros catorce parecen tener los mismos síntomas. No creo que les quede mucho.

    - ¡Puede haber sido cualquier otra cosa! - se defendió la cocinera.

    - Dieciséis personas fueron al torneo, catorce con síntomas y los otros dos muertos. Todo el castillo asistió al torneo exceptuándote a ti y al herrero Benson, y todos probaron tu sucia comida.

    Bueno, parece que morirán todos, y nadie ha sospechado nada de mí. Se darán cuenta de que, nobles y pobres, al final siempre vamos todos al mismo sitio. Aunque yo llegaré más tarde.



J. G. G., 3ºB

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