miércoles, 15 de enero de 2014

UNA MALETA Y NUEVE HISTORIAS

HISTORIA Nº 7





LA MALETA

Estrella y Beatriz eran dos hermanas gemelas de 15 años que vivían en casa de su madre, una  vieja gorda y amargada que las odiaba. Un día salieron a montar a caballo, como de costumbre y, a su regreso, su madre les anunció que había concertado sus bodas con dos hombres ricos y mucho mayores que ellas. Las niñas no podían hacer nada, ya que la fecha estaba fijada para sólo unas semanas después. Estaban tan desesperadas que decidieron huir de casa.

Una semana antes de la boda, Estrella preparó un carruaje y Beatriz recogió cosas de valor y las metió en una maleta, para luego venderlas y poder sobrevivir. Al amanecer, antes de que se despertara su madre,  salieron huyendo. Durante el camino, las dos jóvenes iban muy felices, pensando en sus nuevas vidas y en la maleta que iba a ser su salvación. Pero su felicidad duró poco: a lo lejos apareció su madre con otro carruaje y acercándose a toda velocidad.

Durante algún tiempo estuvieron intentando escapar y, al final, lo consiguieron. Su madre las perdió de vista porque se había parado a recoger algo que había visto caer del carruaje las jóvenes. Era una maleta, la misma por la que había salido a perseguir a sus hijas. Se puso tan contenta que le hizo una foto a aquella maleta en mitad del camino.

Las hijas llegaron a un pueblo cercano en un estado desastroso: sudorosas, despeinadas, temblando, hambrientas… Beatriz, que era la más caprichosa de las dos, quiso entrar en una pastelería para comer algo. Estrella fue a coger dinero para cumplir el capricho de su hermana, pero descubrió que la maleta no estaba. La habían perdido. Desesperadas, estuvieron vagando por el pueblo sin saber qué hacer.

Al día siguiente decidieron volver a la casa de su odiosa madre. Todo el mundo se había enterado de su huida, así que los hombres ricos anularon la boda.

Un mes después, las dos hermanas aparecieron muertas cerca de su casa. Cuando las encontraron, vieron sobre sus cuerpos una foto en la que aparecía una maleta en mitad de un camino. En la parte de atrás su madre había escrito una dedicatoria.


Verónica Aranda Rodríguez, 3º B


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