viernes, 24 de febrero de 2012

IAN GIBSON EN EL OLIVO II





La biografía de Ian Gibson comienza a escribirse en Irlanda, su tierra de origen, el 21 de abril de 1939, pero se forja definitivamente en España donde encuentra el verdadero objeto de su labor investigadora y cuya nacionalidad obtiene en 1984.

- Cabe destacar también su faceta como novelista con la obra Viento del sur. Memorias apócrifas de un inglés salvado por España, del año 2001.

Su interés y el amor por España arranca con sus primeros estudios de Filología Española y Francesa en el Trinity College de Dublín. La lectura del Romancero Gitano, de Lorca, le empuja a conocer las tierras y las gentes en las que se ha gestado la obra. Así pues, su primer viaje a España se produce ya en 1958 y significará el comienzo de una larga, fructífera y estamos seguros que satisfactoria relación con nuestro país.
Tras su licenciatura inicia un periodo de dedicación a la enseñanza en las universidades de Belfast y Londres y prepara su tesis doctoral sobre Federico García Lorca. Esta circunstancia le impulsa a realizar en 1965 un segundo viaje a España, a Granada, con el fin de recoger documentación para la misma.


Quizá no era el de la enseñanza el camino que estaba llamado a recorrer, por lo que la inquietud de la que ha hecho gala a lo largo de toda su vida le lleva a abandonarlo e instalarse definitivamente en España, tras un paréntesis de pocos años vividos en el sur de Francia. Así pues, en 1978 fija temporalmente su residencia en Madrid y comienza a escribir la biografía de Lorca.
Algunos años después, en 1991, decide continuar su periplo hacia el sur y recala en el pueblecito granadino de El Valle, a medio camino entre la capital de la provincia y el Mediterráneo. Allí continuará su labor investigadora y la elaboración de algunos de sus libros.


Ya en 2004 regresa a Madrid para iniciar la redacción de su espléndida biografía sobre la figura de otro de los grandes poetas españoles del siglo XX, Antonio Machado. Aquí, en el popular barrio de Lavapiés, ha fijado Gibson su residencia y su cartel, como D. Juan Tenorio, para quien quiera algo de él.


La relación de títulos que componen la bibliogafía de nuestro ilustre visitante resulta extensa y variada, por eso aquí vamos a destacar solo algunos de sus trabajos más conocidos: 
- La represión nacionalista en Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca, publicado en 1971.

- Diversos trabajos sobre José Antonio Primo de Rivera, José Calvo Sotelo, el general Queipo de Llano, y otros personajes significativos del periodo de la II República y la Guerra Civil aparecidos en la década de los 80.
- Su conocidísima biografía sobre Federico García Lorca en dos partes:

De Fuentevaqueros a Nueva York
(1985)

De Nueva York a Fuente Grande (1987)

- La vida desaforada de Salvador Dalí, de 1998.

- Yo, Rubén Darío. Memorias póstumas de un rey de la poesía, recreación de la vida del poeta nicaragüense, aparecida en 2002, a modo de autobiografía escrita póstumamente por él mismo.
- Cela, el hombre que quiso ganar, de 2003. 
- Ligero de equipaje, biografía de Antonio Machado, en 2006. 
- Cuatro poetas en guerra, de 2007, acerca de las vivencias (en algún caso demasiado breves y en todos ellos tristísimas) de Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y Miguel Hernández durante la Guerra Civil. Este es el libro que han estado trabajando los alumnos de 4º de la ESO. 
- Lorca y el mundo gay, de 2009. 
Se encuentra actualmente trabajando en la que seguramente será la biografía definitiva del cineasta Luis Buñuel. 
Pero Gibson también ha realizado o colaborado en otros trabajos, aunque siempre en el entorno de su pasión por la investigación y la escritura. Algunos de ellos han sido: 
- Colaborar con el director Juan Antonio Bardem en el guión de la serie Lorca, muerte de un poeta
- Participar como asesor histórico en la película de Jaime Camino Dragón Rapide, sobre los preparativos para la sublevación militar y la incorporación de Franco a la misma en el norte de África. 
- Colaborar en series históricas de la BBC como La nueva España y Fuego en la sangre, acerca del carácter y las costumbres españolas.
- Comentar aspectos variados de la actualidad en las páginas del diario Público a través de su blog Apuntes peripatéticos.

jueves, 23 de febrero de 2012

IAN GIBSON EN EL OLIVO I

Ayer nos visitó el hispanista e historiador Ian Gibson. Los alumnos de 4º de la ESO llevaban meses leyendo y trabajando su obra Cuatro poetas en guerra, en la que habla de Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández, cuatro poetas españoles que vivieron esos días de julio de 1936 llenos de zozobra, miedo y rabia; que sufrieron el exilio, la cárcel y la muerte.

Gibson habló de su obra y charló con los alumnos de 4º de la ESO y de 2º de Bachillerato.





Para el IES EL OLIVO y para el Departamente de Lengua ha sido  un orgullo tener aquí a Ian Gibson. Nuestros alumnos no se merecen menos.

domingo, 19 de febrero de 2012

EL OLOR DEL BETÚN



El 9 de febrero de 1824 era lunes, y seguro que hacía mucho frío en la zona industrial del Londres victoriano, llena de inmundicia y ratas. El río Támesis estaba muy cerca y su humedad lo cubría todo. Hacia allí, muy temprano (ni siquiera había amanecido), se dirigía un muchacho que hacía sólo dos días había cumplido los 12 años; era su primer día de trabajo en la fábrica de betún para el calzado Warren: seis chelines a la semana por diez horas de trabajo diario, seis días a la semana. Se llamaba Charles.

Imaginamos que iba triste y malhumorado. Ese no era su sitio, no le correspondía: él pertenecía a otro mundo, al mundo de la clase media. Se veía ahí porque tenía un padre inconsciente y derrochador que se había endeudado hasta conseguir que lo metieran en la cárcel. La familia se marchó a vivir a la celda con él (la ley permitía que los que cumplían condena por deudas pudieran llevarse a su familia a vivir con ellos en la cárcel). El joven Charles había alquilado una habitación en casa de una tal señora Roylance y había buscado trabajo. Los domingos visitaba a su familia en la prisión de Marshalsea.

Seguimos imaginando. El joven Charles, Charles Dickens, por si alguien no lo había adivinado todavía, seguro que dejaba volar su imaginación mientras pegaba etiquetas en los botes de betún e intentaba sobreponerse al fuerte olor que despedía esa materia untosa; es más que posible que recordara sus años de infancia, sus pocos años de escuela y sus muchas horas de lectura: las novelas de aventuras inglesas que se inspiraban en la picaresca española, como Las aventuras de Roderick Random y Las aventuras de Peregrine Pickle de Tobias Smollett, y Tom Jones de Henry Fielding. También Robinson Crusoe de Daniel Defoe y Don Quijote de la Mancha de Cervantes. Pero de vez en cuando, la realidad tiraba de él y lo zarandeaba. Los recuerdos y las ensoñaciones se disolvían en aquella atmósfera insalubre, y el joven Dickens miraba a su alrededor y veía a otros niños como él o más pequeños que él, más desgraciados porque nunca habían conocido el bienestar. Sólo fueron unos meses, hasta que su familia abandonó la cárcel, pero en aquella experiencia se forjaron muchos de sus futuros personajes e historias y cristalizó su visión del mundo. Años después recordaba aquella época: “Todo mi ser se sentía tan imbuido de pesar y humillación al pensar en lo que había perdido que incluso ahora, famoso, satisfecho y contento, en mis ensoñaciones, cuando rememoro con tristeza aquella época de mi vida, muchas veces me olvido de que tengo una mujer y unos hijos, incluso de que soy un hombre” (The live of Charles Dickens, Jonh Forster, 1872).

Porque Charles terminó siendo periodista y, como una cosa lleva a otra, escribiendo novelas por entregas en los periódicos. Comenzó por aquellos Papeles póstumos del club Pickwick (1837) y siguió con otras trece novelas (catorce si se cuenta la inacabada El misterio de Edwin Drood), por donde transitan más de mil personajes que conforman una visión del mundo que le tocó vivir, el mundo de la Revolución Industrial, del “capitalismo salvaje”, donde los pobres ya no podían ser esclavos, pero carecían de cualquier derecho. Sus historias se entretejen con parias a los que se mira de forma compasiva. Grandes autores posteriores, como Henry James o Virginia Woolf, lo acusaron de un excesivo sentimentalismo, pero su contemporáneo Carlos Marx dijo de él que “había proclamado más verdades de calado social y político que todos los discursos profesionales de la política, agitadores y moralistas juntos”.

Sabía narrar, crear personajes y mantener el interés de sus lectores, lo que le propició un inmenso éxito. Sus obras, publicadas por entregas en periódicos, llegaban a un gran número de lectores, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos. Cuentan que la gente se amontonaba en los muelles esperando los barcos que venían de Inglaterra, impacientes por conseguir las continuaciones de las novelas dickensianas.

Y su éxito se ha mantenido más allá del tiempo: sus novelas han sido llevadas al cine una y otra vez; se han hecho series televisivas y cómics con sus historias; ha sido traducido a todos los idiomas… Y este año va a estar más presente que nunca, ya que se celebra el 200 aniversario de su nacimiento (7 de febrero de 1812). Se han reeditado muchas de sus obras y se han publicado muchos libros sobre el autor, además de inaugurarse una gran exposición en Londres: Dickens y Londres, que estará abierta hasta el 10 de junio, y que se acompaña con la edición del libro Dickens’s victorian London (1831-1901) de Tony Williams y Alex Werner. Porque Dickens y su obra están indisolublemente unidos al Londres victoriano.

Es un excelente momento para acercarse y adentrarse en la obra de este gran autor. Para que elijáis, os dejamos un enlace con los títulos de todas ellas. Feliz año dickensiano.

OBRAS DE DICKENS


En las imágenes, de arriba a abajo: retrato de Dickens, fotografía del autor con sus hermanas leyendo, hoja manuscrita y El sueño de Dickens, cuadro de su contemporáneo Robert Williams Buss, en el que se representa al autor dormido en su estudio y rodeado por sus personajes: Oliver Twist, Ebenezer Scrooge, David Copperfield, Jacob Marley...

Marta de Nevares

viernes, 17 de febrero de 2012

POESÍA AMOROSA PARA SAN VALENTÍN II

Y ya están colgados los corazones de la cosecha lírica de este año 2012. Aquí podéis ver lo preciosos que lucen por nuestros pasillos. Hoy a la salida de clase los chavales se agolpaban para ver el suyo y señalarlo con ilusión. Damos las gracias a los alumnos de Bachillerato que tan amable y amorosamente nos han brindado su tiempo para ayudar a colgarlos.






Esperemos que sigan fluyendo por nuestro instituto el amor y los versos.


jueves, 16 de febrero de 2012

POESÍA AMOROSA PARA SAN VALENTÍN I

Tras varios intensos días en los que hemos leído poesías y decorado corazones, por fin llegan las primeras fotos. Pronto estarán colgados por las paredes del instituto y disfrutaremos de ellos, de sus versos y de todo el amor que desprenden. Aquí tenéis un extenso reportaje gráfico. Fijaos con qué esmero y dedicación han preparado sus corazones los chavales de 2º de la ESO. Están aprendiendo a trabajar con detenimiento, a cuidar la presentación, a fijarse en la estructura de los poemas, a saborear los versos y así se han ido familiarizando con autores de diferentes épocas y estilos. También hemos recibido corazones de poetas de Bachillerato que han plasmado sus propias creaciones.






POESÍA PARA EL INVIERNO






También el invierno tiene su poesía; una poesía llena de silenciosa nieve, carámbanos y corazones helados. Hemos recogido algunos hermosos poemas que hablan del invierno y nuestros alumnos de 2º de la ESO los han leído y los han copiado. Así de bonitos han quedado.




viernes, 10 de febrero de 2012

REVISTA CIENOLILETRAS 2011

 


A VUELTAS CON LA ORTOGRAFÍA

CARTELES ORTOGRÁFICOS

Una de nuestras mayores preocupaciones como profesores de Lengua es cómo mejorar la ortografía; así que siempre andamos probando cosas nuevas (unas inventadas, otras tomadas prestadas de imaginativos compañeros). En nuestro intento por hacer que los alumnos se fijen, estamos llenando las clases de 2º de la ESO con carteles dedicados a palabras que presentan ciertas dificultades ortográficas.


En este caso, los alumnos de 2º B se han dedicado a buscar palabras que tuvieran una hache intercalada. Hubo alguno que trajo más de cincuenta. Cada uno eligió la que más le gustaba, e hizo un pequeño cartel. Con todos ellos, hemos realizado estos carteles ortográficos que decoran aHora la clase.


También ha sido una forma de aprender palabras nuevas. Seguro que hemos salvado a alguna palabreja de caer en la ignominia y el desHonor de la falta de ortografía. Así de bonitos han quedado los carteles.



viernes, 3 de febrero de 2012

HISTORIAS CON LA V

Se trata de que cada alumno seleccione 10 palabras que comiencen con la letra V, otras diez que simplemente la contengan, dos nombres de lugares y dos de personas que comiencen con esa letra. Con ese material tienen que escribir una pequeña historia. Pueden aparecer otras palabras que ni comiencen ni contengan la V.


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Veinte vecinos, entre ellos Vicente y Virginia, vivían en Valladolid. Vicente era vigía y siempre llevaba vaqueros, y Virginia trabajaba de veterinaria.

Un verano, Virginia recibió las visitas de una vaca y de una gaviota. El problema de la vaca era que, de tanto cavar para buscar una calavera, sus pezuñas se habían ensuciado mucho. Virginia se las lavó, y la vaca volvió a Venecia, donde vivía.

La gaviota llegó después. Ella no podía volar, y había visto vídeos para hacerlo. Virginia le dijo que en el Universo vivían muchas aves que no sabían volar. La gaviota, más motivada, se fue a intentar volar de nuevo. Vicente, el vigía y novio de Virginia, cogió su móvil y la llamó.

-Vente a Valencia conmigo

Virginia, conmovida, respondió con un verdadero “sí”.

Fernando Gracia, 2º B




Victorino, un hombre joven, muy rico, pero muy voluntarioso, tenía una amiga que se llamaba Virginia. Un día de invierno, a Victorino le robaron en su casa; se llevaron su dinero, pero no sus valores. Sólo le dejaron la ventana, y suerte que tenía una vela para alumbrarse.

A Victorino le gustaba mucho divertirse tocando su nuevo violín favorito, y se aferró a practicar para recuperar su dinero. Un día, un supervisor le oyó tocar y le encantó. El supervisor le dijo que había un concurso en el que valoraban la habilidad para tocar el violín que se celebraba en Vigo. Como a Victorino le gustaba mucho volar, aprovechó la oportunidad para hacer un vuelo a Vigo. Cuando llegó al aeropuerto, alquiló un vehículo y llegó al teatro donde se iba a celebrar el recital. Allí se encontró a su amiga Virginia, que llevaba velo porque se había convertido al islam. La chica se quedó a ver la actuación de su amigo, con la que le dieron dinero y unas latas de cerveza. Tras el recital, Victorino realizó giras por Valencia y Venecia.

Jesús Urbón, 2º B


Un día, en una vieja aldea, dos jóvenes, Vicente y Victoria querían volar a Valencia para visitar a un antiguo vecino del la aldea. Lo malo es que el avión era una antigualla y estaba cubierto de polvo; menos mal que el piloto era un buen aviador. Desde la ventana vieron los pueblos de Valladolid y Valencia, pero tuvieron que aguantar todo el viaje sin ventilador. Cuando llegaron, se tomaron un buen vino de la mejor uva en la habitación del hotel.

Al día siguiente salieron de compras; por la mañana Vicente se fue a Zara a comprarse un traje de lana de oveja; por la tarde, Victoria fue al concesionario a comprarse un fabuloso Lamborghini Aventador y, además, un barco de vela para Vicente. Cuando ambos llegaron a su hotel vieron que había …¡una vaca en su habitación! Estaban perplejos. Fueron a avisar a la policía y, de repente, se les apareció un ovni con una Virgen dentro. Fueron abducidos y unos pequeños marcianos les dijeron que les tenían que desvelar un secreto, que era que se iban a convertir en avispas. Cuando salieron de la nave, ésta voló en pedazos y al final murieron sin visitar al vecino.

Anónimo, 2º B


Viviana Avilés era la novia de Vinny Arévalo; ambos se fueron en verano de vacaciones en avión a Venecia para navegar por sus canales. Estuvieron conociendo avenidas y comiendo uvas, ya que le encantaban a Viviana, y viendo vídeos de vacas y ovejas corriendo por los valles. Más tarde, Víctor, un vigilante vasco, los invitó a Valencia, y ellos aceptaron.

Al llegar a Valencia, a la casa de Víctor, era evidente que estaba llena de polvo, y ellos aceptaron limpiarla, pero con la condición de escuchar música a un volumen muy elevado. Cuando terminaron de quitar el polvo, fueron a la playa, y como Vinny era muy valiente, decidió irse hasta las boyas. Después de un tiempo, Vinny y Vivian volvieron a su casa de Venezuela.

Liliana V. Acaro, 2º B


Vicente y Vanesa eran compañeros de profesión, ya que eran los dos veterinarios. Tenían que ir a un evento en Vigo en tiempo de adviento, así que les dio mucha pena irse.

En Vigo había una suave brisa. Cuando llegaron al hotel, tuvieron que encender velas para ver porque se había ido la luz. El viernes fueron a dar un paseo. Vanesa llevaba unos vaqueros y un velo. En la octava manzana vieron unas vacas y oyeron unas voces que provenían de las ventanas, pero no eran violines. Anduvieron para llegar al hotel. El siguiente jueves se fueron a sus casas. El próximo año les iba a tocar ir a Valencia, a Vicente en invierno y a Victoria en primavera.

Sandra Castellano, 2º B


Había una vez dos grandes amigos llamados Víctor y Vicente. Vicente era un hombre viudo, violento y amante de la música: tocaba el violín. Víctor era divertido, expresivo y un gran veterinario. Se conocieron en Venezuela, aunque Víctor era de Valladolid y Vicente de Vallecas. De ahí salió una buena amistad de dos devotos del viaje y de las aventuras. Como compartían esta afición, en las vacaciones se iban a conocer mundo, y Vicente, además, a conocer chicas. En uno de esos viajes, Vicente conoció a una chica de la que se enamoró completamente. Ella vivía en Irlanda, y Vicente dejó Vallecas y a su amigo por esta muchacha. Unos años más tarde se casaron y tuvieron dos hijos; a uno lo llamaron Roberto y al otro Víctor en honor a su amigo del alma y padrino de su boda.

Víctor siguió viviendo en Valladolid, pero todos los veranos iba a Irlanda a estar con ellos. En uno de esos tantos veranos se fue y no volvió. Se quedó allí para siempre porque le gustó mucho el ambiente, la cerveza y estar con su amigo. Alquiló una vivienda al lado de la de Vicente, se compró una televisión de treinta y nueve pulgadas y rehízo allí su vida. También consiguió una novia y lo dejó todo en España. Los dos amigos se quedaron en Irlanda para siempre y de vez en cuando iban a España, pero volvían y traían cositas, como jamón, uvas… Ellos ya se consideraban irlandeses; y a esto se debe que muchos españoles tengan familiares irlandeses.

Carlos Quintero, 2º B


En un valle de Vigo vivía Valeria, en una casa que había alquilado para todo el verano que ya estaba acabando. Era su último día y ya tenía las maletas en la puerta. No corría nada de viento, pero llovía, y aunque lloviera hacía calor, así que se sirvió en un vaso un helado de vainilla. Encendió la televisión, abrió una ventana y vio el verde césped mientras que se lo comían las vacas. Cuando terminó el helado, metió el vaso en el lavavajillas con el resto de la vajilla, después fue al servicio, cogió su nuevo móvil y llamó a su amiga Valentina para decirle que se iba de viaje a Venezuela, que si quería ir con ella.

Cuando terminó de hablar, se puso a leer una revista hasta que llegaron los dueños de la casa, les devolvió la llave, les agradeció muchísimo que le hubieran alquilado la casa, se despidieron y Valeria se fue a casa de su amiga, que vivía en Vizcaya y con la que próximamente se iría a Venezuela.

Erika Cabanillas, 2º B