domingo, 24 de noviembre de 2013

CUENTOS MEDIEVALES

A veces, una simple actividad del libro de texto puede convertirse en algo sorprendente. Así suele pasar cuando los alumnos se ven obligados a crear un texto narrativo o de cualquier otro tipo. Al principio se resisten, pero luego... Vamos a ver y a leer aquí algunos de los cuentos de ambientación medieval de los alumnos de 3º B.

Esperamos que os gusten.




UNA ESPADA ENTRE FOGONES 

En la Edad Media, en un castillo del reino de Arazana, se iba a celebrar una fiesta en honor a la última conquista de los reyes. Éstos y su hija se estaban acicalando en sus aposentos. 

En la cocina, Juan estaba elaborando las exquisiteces que se servirían esa noche. 

 A la caída de la tarde ya estaba todo preparado. Poco a poco fueron llegando los invitados. Tras anunciar la entrada de los reyes en el salón, el gran fuego de la chimenea invitaba a los comensales a sentarse a la mesa. Una doncella se acercó a la reina y le comunicó que su hija bajaría más tarde. El rey ordenó que comenzara la fiesta. 

 Mientras que en el salón comían y bebían, desde la cocina, Juan oyó unos ruidos que procedían del patio de armas. Cogió una espada que escondía entre sus utensilios y salió a echar un vistazo. Juan vio a un caballero que no era de la corte del rey. Escondido, vio como el intruso se adentraba en la cocina y subía hasta los aposentos de la princesa. Cuando Juan entró en la habitación sorprendió a ese individuo, que estaba a punto de cortar la cabeza a la dama. El caballero dio un empujón a la princesa y ésta cayó al suelo y quedó inconsciente. 

Juan y el caballero comenzaron a luchar. Llegaron hasta lo alto de la muralla y, en un descuido, el cocinero lanzó a su oponente al foso donde unos cocodrilos se lo comieron. Juan se apresuró a ver a la princesa, que ya había recuperado el conocimiento. 

La princesa y el cocinero interrumpieron el festejo y le explicaron al rey lo sucedido. El rey, en agradecimiento a la valentía de su cocinero, quiso nombrarle caballero de su corte. Juan rechazó el ofrecimiento y explicó que a él lo que le gustaba era estar entre los fogones y con su afilada espada, convertir las carnes salvajes en láminas jugosas y sabrosas.

 V. V.

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