viernes, 13 de enero de 2012

CRITERIOS DE EVALUACIÓN DE LA EXPRESIÓN ESCRITA



Ayer me pasé la tarde corrigiendo una buena pila de tareas de expresión escrita. Me esmeré. En cada trabajo me dediqué a poner detalladamente los elementos que convendría mejorar: en algunos, ortografía de la acentuación; en otros, ortografía de letras; aquellos, la adecuación; estos la coherencia; otros, el registro... Un alumno bueno me escribió este mensaje: "No estoy de acuerdo con la justificación que me das. A mí me parece que está muy conseguido y que me expreso bien".


De todo mi trabajo por animar y orientar, había entendido que no era válido... ¿Dónde estuvo el error?


Como siempre, creo que se lo damos todo demasiado masticado. Nuestra tarea es más una labor a largo plazo. En seguida, recurrí a mis criterios de evaluación de la expresión escrita, después de años de estudio, reflexión y trabajo con los alumnos:


1. ADECUACIÓN PRAGMÁTICA: Es la propiedad textual basada en el cumplimiento de las normas relacionadas con el emisor, receptor, el tema, la situación y la intención comunicativa que condicionan la variedad (dialectal o estándar) y registro (formal/informal) que se debe emplear.


Fuerza ilocutiva: Cumple el propósito comunicativo establecido (informar, pedir datos, presentar una queja, etc.).

Respeta las convenciones sociales y discursivas del género (carta, instancia, noticia, cuento, etc.).
Dialecto: Uso sostenido de la variedad diafásica, diatópica o diastrática apropiadas a la situación comunicativa.

Registro: Uso sostenido del registro apropiado al contexto y al género discursivo (oral /escrito), control del nivel de formalidad (por ejemplo: tú/ usted/ vos), el grado de especificidad (por ejemplo: test de elección múltiple, prueba, examen), la modalidad objetiva o subjetiva.


2. COHERENCIA PRAGMÁTICA Y SEMÁNTICA. Es la propiedad del texto bien formado en torno a un tema o idea principal, que selecciona y jerarquiza la información (relevante / irrelevante) y organiza la estructura comunicativa de una manera determinada (introducción, apartados, conclusiones, etc.). La estructuración ayuda a construir y organizar el significado del texto.


Construcción del significado. Incluye todas las informaciones necesarias para ser comprendido por el lector. Atención al grado de explicitación, a la recuperabilidad pragmática de implícitos, a la macroestructura del contenido, al embalaje informativo (tema, rema).

Estructura y progresión de la información. Ordenación lógica de los datos según el interlocutor y la modalidad discursiva (narración, descripción, argumentación, etc.). Uso de superestructuras y embalaje informativo (tema/rema) adaptado a la progresión textual.

Párrafos y apartados. Organización del contenido en unidades jerárquicas y gráficas de una manera lógica.

Se da una progresión temática (causalidad, consecuencia, adición, afirmación, etc.).


3. COHESIÓN SEMÁNTICA Y GRAMATICAL. Las diferentes frases del texto se conectan entre sí formando una densa red de relaciones. Los mecanismos que se utilizan para conectarlas se denominan formas de cohesión, y pueden ser de distintos tipos: repeticiones y anáforas, relaciones semánticas entre palabras (antonimia y homonimia), enlaces, conectores, elipsis…


Conectores. Uso de procedimientos de conexión intra y extraoracional. Atención al uso de marcadores metadiscursivos de amplio alcance.

Anáforas y deícticos. Usos elípticos, anafóricos y deícticos recuperables, sin ambigüedades y con variación léxica y sintáctica.

Puntuación. Usos adecuados, correctos y variados de la puntuación y los recursos tipográficos.


4. CORRECCIÓN GRAMATICAL: Los conocimientos gramaticales aplicados de fonética, ortografía, morfosintaxis y léxico.


Respeta las normas de la ortografía, morfología y sintaxis española.
Usa un léxico recogido por los diccionarios de referencia


5. ESTILO y PRESENTACIÓN: Es una categoría más bien abierta que pretende evaluar la capacidad expresiva y el estilo de un texto, más allá de las cuestiones incluidas en los conceptos anteriores.


Riqueza léxica. Usa un léxico diverso y preciso, sin repeticiones.

Madurez sintáctica. Grado de complejidad y variación de las estructures sintácticas.

Recursos expresivos y estilísticos: fraseología, expresiones, figuras retóricas, etc.

Riesgo asumido. Grado de dificultad y ensayo que asume el aprendiz. Sugiere que el alumno ha asumido riesgos (ha usado sinónimos, vocablos menos corrientes, tiempos verbales complejos, etc.).


Además de estas propiedades, los manuales de expresión escrita también cuentan con otro factor, la disposición del texto en el papel. Por ejemplo, en una carta hay que saber separar la fecha, el destinatario, guardar márgenes, etc. Se trata del conjunto de convenciones sociales que regulan la presentación de los escritos. Los elementos paratextuales son muy importantes en el proceso de comprensión, ya que se refieren a su presentación. No basta que un texto sea coherente, cohesionado, adecuado y gramaticalmente correcto, si no tiene buena disposición, de lo contrario, pierde su valor como tal.


Estos los tenía claros y desde hace años me parecen de una ayuda y riqueza sin parangón. Pero el fallo estuvo en la metodología. Me explico. Le di todo mascadito. Él no intervino, se sintió juzgado desde fuera. Esto me trajo a la memoria el famoso decálogo para mejorar la corrección:


  1. Corrige solo lo que el alumno pueda aprender. No vale la pena dedicar tiempo a corregir cosas para las cuales el alumno no está preparado.
  2. Corrige cuando el alumno tenga fresco lo que ha escrito; o sea, en el momento en que lo escribe o poco después. No dejes pasar mucho tiempo entre la redacción y la corrección.
  3. Si es posible, corrige las versiones previas al texto, los borradores, los esquemas, etc. Recuerda que es mucho más efectivo que corregir la versión final.
  4. No hagas todo el trabajo de la corrección. Deja algo para tus alumnos. Marca las incorrecciones del texto y pídeles que busquen ellos mismos la solución correcta.
  5. Da instrucciones concretas y prácticas y olvida los comentarios vagos y generales. Por ejemplo: reescribe el texto, fíjate en este punto, amplía el párrafo 3º, escribe frases más cortas, añade más puntos o comas al 2º párrafo... Escribe o di cosas que el alumno pueda entender.
  6. Deja tiempo en clase para que los alumnos puedan leer y comentar tus correcciones. Asegúrate de que las leen y las aprovechan.
  7. Si puedes, habla individualmente con cada alumno. Corrige oralmente sus trabajos escritos. Es más económico, práctico y seguro.
  8. Da instrumentos para que los alumnos puedan autocorregirse; enséñales a consultar diccionarios y gramáticas, dales pistas sobre el tipo de error que han cometido, estimúlales para que revisen el escrito...
  9. No tengas prisa por corregirlo todo. Tómate tiempo para corregir concienzudamente cada escrito. Asegura la calidad de la corrección, aunque la cantidad se resienta de ello.
  10. Utiliza la corrección como un recurso didáctico y no como una obligación. Utiliza técnicas de corrección variadas. Adáptalas a las características de cada alumno.


Espero que os sea útil como a mí. Creo que en nuestra tarea pedagógica siempre es interesante tener una dirección clara, unas herramientas útiles y un estilo de trabajo eficaz que ayude a sacar lo mejor de cada alumno.




Javier García

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